Seguidores.

viernes, 20 de noviembre de 2015

XII. Nunca hemos mirado más allá del atardecer.

No sé por qué predico algo que nadie querrá entender nunca:
el mundo no necesita fronteras que dividan a las personas;
vivimos todos juntos, el problema es que somos demasiado
pequeños para verlo.

Nuestro ombligo está lleno de suspiros y halagos.
No hemos visto más que el final de un atardecer.
¿Qué coño habrá al otro lado?
¿Quién podrá saberlo?

Nos marchitamos. Somos rápidos. El
otoño se nos acaba por dentro.
Bendito invierno nos espera enjaulados
entre metales de política.

Eso es lo que divide el mundo: la política.
A su vez, lo que debería unirnos vemos como
muere:
el ser humano.

¿Te sientes vivo?
En tus ojeras puedo ver los daños hechos por los sueños.
A pesar de los años, el mundo no ha mejorado.
Aunque, ¿qué más da?

Volvamos a suspirar.
Miremos hacia abajo.
La realidad va delante, pero si no miras quizá no exista.
Pese a que miremos o no, la muerte sigue esperando.

¿Aún crees que podrás escapar?